miércoles, 4 de mayo de 2016

SHAKTI Y SHIVA: LA DANZA ETERNA DE UN UNIVERSO DUAL



 
Shiva y Shakti representan la esencia del principio masculino y femenino. El Yin y el Yang, plasmado en todas las manifestaciones del Universo. La eterna danza de lo masculino y lo femenino, a través de la cual la divinidad se manifiesta y da origen al mundo.
En esa danza de lo masculino y lo femenino, el papel de lo masculino no es otro que venerar lo femenino, la Tierra. A través de esta veneración se unen los opuestos y la conciencia del Espíritu (Yang) "baja" a la Materia (Yin). La conciencia de la Unidad. Esta conciencia de la Unidad es la que puede devolvernos la cordura y la paz y llevarnos a un mundo de amor, donde la Tierra, la Diosa, sea respetada y venerada, donde el hombre y la mujer se unan para "traer el Cielo a la Tierra".

Junto a Brahma (aspecto creador) y Visnú (aspecto mantenedor), Shiva (aspecto destructor o transformador) es una de las tres divinidades que forman la trimurti. Shiva encarna el aspecto dinámico, y una de sus representaciones más populares es Nataraja, el danzarín, bailando la danza del cosmos. Shiva es también representado a menudo en posición meditativa, pues es el dios que asiste a los yoguis. Shiva es la conciencia suprema, conciencia omnipresente o testigo. Shiva es impersonal; es sereno, calmo, inmóvil, inmutable, y siempre está en un estado de meditación. A Shiva se le describe también como una serpiente inmóvil o como un océano calmo y sin olas. Shiva, cuyo nombre significa “el Benéfico”, está asociado a las cualidades de Voluntad y Poder; se encuentra en el origen de la creación, cuando todo es aún un germen invisible, y está igualmente en el final de la desintegración, cuando todo regresa a lo No-Manifestado.

Su consorte, Shakti, es la energía pura, la madre de todo, aspecto femenino que en la India tiene sus propios devotos (los shaktas) y que se considera tan indisociable de su aspecto masculino que existen numerosas representaciones de Shiva-Shakti fundidos en un solo ser. Shakti representa la conciencia dinámica. Shakti es movimiento, rapidez, comunicación, creatividad e inspiración. Shakti, la diosa Madre, encarnación de toda la Materia, está constantemente en movimiento. También se asocia a Shakti con su representación menos benévola como la diosa Kali, que es la semilla y la matriz del mundo entero, pero al mismo tiempo tiene el poder de la destrucción en el sentido del cambio, igual que ocurre con el propio Shiva. También se la puede describir como una serpiente en movimiento o como un océano con fuerte oleaje.

Shakti se encuentra alojada en la base del primer chakra, y Shiva en el séptimo. Shakti es simbolizada por una serpiente (kundalini) enrollada en la base de la columna. Cuando se encuentra dormida, nosotros también nos encontramos dormidos; su despertar es el despertar de la conciencia. Esta serpiente comienza su viaje hacia los chakras superiores para transformarse en la diosa Shakti y encontrarse con Shiva, que se halla dormido en la coronilla sobre la flor de loto de mil pétalos. Cuando Shakti llega al tercer ojo (sexto chakra) comienza a danzar para su amado, y el amor que emana de su danza despierta a Shiva, que se suma a su baile y ambos se unen en un solo Ser, transformándose en luz y volviendo a la luz original. Es la unión del Uno con el Todo.

La belleza del concepto radica en que Shakti está siempre con Shiva; están enlazados en la danza de la vida. No son dos entes separados; representan los dos aspectos de la misma conciencia. Son inseparables, como el fuego y el calor.
La historia de Shakti y Shiva es una historia de amor. Es la historia de la búsqueda del ser amado dentro de nuestro propio ser. El reencuentro con nuestra totalidad a partir de la unión de los opuestos.