lunes, 5 de agosto de 2019

NUEVO CICLO DE FORMACIÓN EN SONIDO: BUSCANDO EL ORIGEN DE LA VIBRACIÓN



A partir de este próximo mes de octubre, en Centro Armonía abrimos un nuevo ciclo de Formación Especializada en Sonido al alcance de tod@s para aprender a utilizar instrumentos de gran poder vibratorio y sanador como Gongs, Cuencos Tibetanos, Cuencos de Cuarzo, Voz, Tambores, etc. Se trata de una formación holística que bien podría resumirse en las siguientes palabras:

"El sonido puede guiarnos, como un láser, al centro mismo de nuestra esencia, a la realización más alta de un espíritu y un cuerpo sanos."
Dr. Mitchell Gaynor, director del Departamento de Medicina Oncológica Strang-Cornell de Nueva York

Las culturas que han utilizado el sonido como medio de sanación tenían una concepción holística del ser humano. Creían que la enfermedad era una desarmonía energética de la persona. Consideraban el espíritu o alma como el elemento esencial de todas las cosas, que en última instancia no son sino energía. Su concepción del Universo se aproxima a los modernos avances de la física cuántica, que confirma que el Universo es un conglomerado de energía vibrando a diferentes frecuencias. El conocimiento del sonido es hoy una ciencia basada en la comprensión de la vibración como principal fuerza del Universo.

Según la física moderna, a toda vibración de una partícula corresponde una longitud de onda y una producción de energía. Todo lo que nosotros percibimos es energía en diferentes estados vibratorios. Los cuerpos, los colores, los sonidos, etc. Hoy incluso sabemos que los pensamientos y las emociones producen vibraciones concretas que afectan a la materia.
Una onda es una transmisión de energía, y produce un movimiento ondulatorio. Cuando las ondas se solapan, crean partículas subatómicas. Cuando las partículas se tornan más compactas, se convierten en átomos. Los átomos se agrupan formando moléculas, y éstas se organizan en formas físicas como planetas, estrellas o seres humanos.
Objetivamente, el sonido es una onda viajera, una serie de compresiones del medio en que se propaga. Subjetivamente, el sonido es la sensación que produce esta onda en nuestros oídos. Cada molécula, célula, tejido, órgano, glándula, hueso y fluido de nuestro cuerpo tiene su propia vibración. Desde el primer grito de vida hasta el último suspiro, desde los latidos del corazón hasta los pensamientos, estamos emitiendo sonido y vibración en todo momento.

Para trabajar con el sonido es preciso entender algo fundamental: el sonido produce un efecto modificador en las personas, tanto en su estado de ánimo como en su estado físico. De acuerdo con el Principio de Resonancia, cada órgano vibra con una frecuencia óptima y específica que se altera por diferentes motivos. La administración de las notas musicales y las frecuencias apropiadas pueden aportar un efecto de reafinación espontáneo. El Principio de Resonancia permite establecer una acción beneficiosa utilizando frecuencias semejantes a la de las estructuras desequilibradas, a fin de restablecer su armonía original, utilizando un índice vibratorio análogo al que naturalmente poseería una estructura alterada. Así se producirá el efecto de “afinación”. Esa es la base de la aplicación terapéutica del Sonido.
Los primeros experimentos modernos en Estados Unidos del uso terapéutico de la música datan del siglo XIX. La primera alusión a la terapia musical por parte del Colegio Médico de Estados Unidos apareció en 1914. En 1918, la Universidad de Columbia ofreció el primer curso de Musicoterapia. Hoy en día, al menos siete países de la Unión Europea (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Irlanda, Noruega y el Reino Unido) tienen programas de Doctorado en Musicoterapia.

Pero en nuestra sociedad actual sólo sirve el "ver es creer", así que, ¿cómo sabemos que lo que se dice sobre el poder del sonido sobre la salud física y mental es verdad? ¿Hay evidencias de que la vibración y el sonido pueden afectar la materia, interactuar con nuestras células, estimular la curación? Y en ese caso, ¿podemos medir sus efectos?
En el siglo XVIII, el científico alemán Ernst Chladni demostró en sencillos experimentos visuales que el sonido afecta la materia. El suizo Hans Jenny, doctor en medicina y científico, realizó en los años 60 experimentos que mostraban que el sonido puede alterar formas, y que diferentes frecuencias producen distintos resultados. Su trabajo inspiró a otros investigadores como Masaru Emoto, Fabien Maman o el doctor en Física Teórica Joel Stemheimer.

Si el sonido puede cambiar las sustancias, ¿puede alterar nuestro paisaje interior? ¿Qué papel puede jugar su impacto en las células de nuestros cuerpos? ¿Cómo los patrones vibratorios de un cuerpo enfermo difieren de los patrones vibratorios de un cuerpo sano? Y, sobre todo, ¿podemos cambiar las vibraciones “desafinadas” y volverlas saludables? Hoy ya hay numerosas pruebas de que la respuesta es afirmativa.
El uso del sonido en funciones terapéuticas permite abrir nuevas vías de investigación y puede ayudar a completar los servicios sanitarios en diferentes tipos de instituciones, con colectivos de personas diferentes, y en circunstancias de carácter diverso con determinados objetivos terapéuticos.
Hoy conocemos ya muchos métodos médicos basados ​​en la aplicación de ondas y frecuencias, que van desde la fotodepilación o la litotricia hasta la terapia fotodinámica. Los rayos X, las resonancias magnéticas, los electrocardiogramas, las corrientes eléctricas, los ultrasonidos, la radioterapia... Existen un sinfín de usos médicos de los principios de Vibración y Resonancia. Y todos se utilizan o bien para conocer las frecuencias y las vibraciones de un órgano o sistema, o bien para restituirlo a su estado de funcionamiento adecuado.

¿A qué nos lleva este conocimiento? A trascender el modelo del cuerpo humano como una máquina bien lubricada según unas especificaciones de fábrica, y considerarlo como una orquesta que produce una sinfonía de frecuencias, sustancias químicas, impulsos eléctricos, etc. Cuando estamos sanos, los instrumentos de nuestra orquesta funcionan con fluidez y están afinados. Cuando estamos enfermos, uno o más instrumentos desafinan.
Desde este punto de vista, ¿qué es la enfermedad? Células que desafinan. Es la ausencia de comunicación dentro de un sistema: a las células enfermas no les llega la información de su propia función dentro del organismo, que activa señales bioquímicas que crean lesiones patológicas. Cualquiera que sea la causa, el producto final es que la vibración fluctúa, sufre interferencias, y finalmente se desvía de su patrón óptimo.
Y si nuestra biología es el resultado de un conjunto de patrones vibratorios, ¿qué mejor que trabajar con el sonido y la vibración para intentar restaurar los patrones dañados, tanto a nivel físico, como emocional o psíquico? Eso es lo que proponemos aprender a través de esta Formación especializada en Sonido Terapéutico.

Gongs, Cuencos Tibetanos, Cuencos de Cuarzo, Tambores, la Voz… Todos son instrumentos que producen ondas sonoras que estimulan el cuerpo físico mediante sus múltiples vibraciones. Muchos de estos instrumentos, además, producen frecuencias que alteran nuestras ondas cereales y pueden usarse para aliviar diferentes trastornos, equilibrar los sistemas de nuestro cuerpo, o estimular una zona concreta del organismo.
Los armónicos producidos por estos instrumentos inducen también a una profunda relajación física y mental. Esta profunda relajación a la que nos llevan estas vibraciones hace que las ondas cerebrales pasen de los estados Beta y Alfa (los habituales en fase activa) a los de Delta y Theta, relacionados con la relajación profunda y el sueño.
Y no sólo podemos trabajar a nivel físico y mental. La terapia de Sonido nos permite estimular y gestionar patrones energéticos (chakras, aura, reestructurar agua o alimentos, testaje, limpieza de espacios, etc.).

Esta Formación en Sonido Terapéutico (modular, holística, científica y artística a la vez) permite acercarnos al núcleo de la intervención individual y colectiva sobre los patrones vibratorios de las personas. A través de todos estos instrumentos, o escogiendo alguno de ellos, aprenderemos a intervenir directamente sobre las variadas frecuencias (físicas, emocionales, mentales, energéticas) para poder detectar sus desviaciones y restituirlas a sus patrones óptimos de funcionamiento.

MÁS INFORMACIÓN: armoniayoga@hotmail.es  674272670/660822900