La relajación y la visualización sanan el
cuerpo, la mente y el espíritu. La relajación muscular progresiva y la
respiración controlada ayudan a aliviar la tensión y el estrés.
Las imágenes guiadas estimulan a todos a experimentar
la armonía interior, a curar trastornos físicos y emocionales, a agudizar la
conciencia del cuerpo, a mejorar la relajación, a entrar en contacto con la
fuente de energía curativa espiritual y emocional que existe en nuestro
interior, a recibir orientación del propio guía interior y a conectarnos con el
entorno.
¿Qué es la relajación?
Es una práctica milenaria que consiste en
soltar los músculos y los nervios e ir dejando todo el cuerpo flojo, para
detectar y eliminar las tensiones que se nos acumulan a lo largo del día.
La relajación en Yoga
es denominada relajación consciente. La relajación es simplemente cuestión de
práctica. Existen muchas técnicas, pero la más simple y fácil es la que
podríamos denominar relajación pasiva, llamada así porque la persona se
abandona a las indicaciones verbales del profesor y se deja envolver por su
voz, abandonándose más y más, progresivamente.
La relajación se realiza tumbados boca arriba o
de costado en algunos casos (mujeres embarazadas), invitando a los asistentes a
que respiren tranquilamente y de forma silenciosa con una duración mínima de 5
minutos, aunque puede alargarse en función de la disponibilidad horaria o la
conveniencia, con el objetivo de lograr distensión, inmovilidad y silencio.
También podemos introducir momentos “cortos” de relajación en medio de una
clase, y siempre en función de la intensidad y el esfuerzo realizado en las
series programadas.
Otras opciones son las “ocupaciones mentales”, es decir, invitar al alumno a estar presente
consigo mismo y presente por sí mismo. No sería muy acertado aflojar el cuerpo
y seguir con la mente dispersa.
Los BENEFICIOS pueden ser muchos y variados:
* Previene y ayuda a eliminar la tensión
física, mental y emocional.
* Ayuda a prevenir la irritabilidad, la
intranquilidad, el insomnio, o los estados de agitación.
* Nos enseña a estar con nosotros mismos y a
disfrutar de un estado de sosiego.
* Facilita el aprovechamiento de energías.
* Previene contra numerosos trastornos
psicosomáticos.
* Nos enseña a relacionarnos con el cuerpo a
nivel vivencial.
* Intensifica el autocontrol y desarrolla el
sentido de disciplina.
* Ayuda y puede prevenir a superar el estrés y
los disgustos recibidos en el entorno familiar, social o laboral.
* Canaliza la agresividad.
Con la práctica suficiente, la persona irá
conquistando la denominada “respuesta de
relajación”, que podrá desencadenar en cualquier momento y circunstancia,
así como en cualquier posición corporal.
¿Qué es la visualización?
Cuando una persona se imagina corriendo, la
imagen mental de su cuerpo en movimiento influye sobre su condición física y
sus músculos.
La visualización, la creación de imágenes
mentales, se emplea hoy día en el Yoga muy ampliamente. La visualización
propone al individuo que realice sus deseos u objetivos mediante la creación de
imágenes mentales positivas.
Nuestra civilización occidental actual es la
civilización de la imagen, y en Yoga nos valemos de la palabra para transmitir
imágenes que transporten al practicante a espacios abiertos, luminosos, en
donde la violencia, la ira, el desprecio no tengan cabida.
Cuando hablamos de visualización, hablamos
también de sueño, ya que visualizar es ver con los ojos cerrados: es ver una
imagen como las que vemos en sueños. El sueño es muy singular, extraño,
imprevisible: ya decía Freud: “el sueño
es la realización de un deseo” y es eso precisamente lo que intentamos
transmitir, sueños agradables, positivos, con mensajes constructivos y
amorosos, que nos lleguen al corazón.
Tenemos que aprender a crear imágenes mentales
de las cosas que nos resultan esenciales. Éste es el objetivo principal de la
visualización.
La visualización es una técnica que nos permite
ser libres para elegir la información y la programación que más nos guste, y en
esa faceta estamos, en ser guías e instructores de personas con un espíritu
libre.
La visualización utiliza la imaginación para
crear imágenes mentales. Una imagen mental es creativa, activa, dinámica, y
este dinamismo es superior al de la voluntad. El dinamismo con que creamos
imágenes mentales positivas conduce, tarde o temprano, a su realización. La
imagen o la sensación creadas por la mente son estímulos que impresionan las
vías nerviosas responsables de la visión o la sensación, hasta llegar el cerebro,
donde son percibidas y registradas. Entonces la corteza cerebral emite la
respuesta fisiológica apropiada, al igual que ocurre cuando se trata de una
percepción real.
La visualización resulta aún más eficaz cuando
la imagen mental o la sensación están asociadas a una emoción. Esto ocasiona
una reacción fisiológica que afecta simultáneamente a los sistemas nervioso,
hormonal e inmunitario.
De este modo, mediante la práctica regular de
ejercicios de visualización adecuados, es posible regular y reforzar el equilibrio
del sistema nervioso o el hormonal, así como estimular la actividad del sistema
inmunitario. Durante la visualización podemos reducir el ritmo respiratorio, o
el ritmo cardíaco, o la presión arterial, y relajar todos los músculos.
La práctica de la visualización nos ofrece la
posibilidad de convertirnos en creadores, en seres libres y eficientes, es
decir, nos brinda la posibilidad de desarrollar nuestras facultades al máximo.
Esta técnica se aplica a la globalidad del ser,
al ser físico, al ser emocional, al ser mental y al ser espiritual.
Estas dos propuestas, la relajación y la
visualización irán de la mano y se practican al final de la sesión con el fin
de afianzar la imagen mental en el subconsciente y que se haga realidad.
La técnica propuesta
* Elegir un contenido con una visualización
concreta y esencial que podemos practicar todos los días con el fin de afianzar
la imagen mental en el subconsciente y siempre al final de la clase.
a) Primera fase: la respiración amplia. Como
no, vuelve a aparecer la respiración que será amplia, regular y profunda,
siempre nasal, produciendo una relajación profunda de todo el organismo para
crear armonía y equilibrio
b) Segunda fase: la relajación: completamente
inmóvil y con los párpados cerrados, concentrar la atención en diversas partes
del cuerpo para soltar tensiones. No hay que dormirse, hay que buscar el
descanso, la parada, pero el espíritu continúa despierto y vigilante.
c) Tercera fase: la visualización. Podemos
empezar con situaciones sencillas, por ejemplo una flor, un estanque, una
montaña; no la fuerces, no crees tensión, simplemente llévala a tu conciencia y
consérvala allí. Para conferirle más fuerza y hacerla vivir podemos asociarla a
una sensación, que evoque nuestra espiritualidad, que provoque una sensación de
paz y tranquilidad.
d) Cuarta fase: la afirmación. Tras evocar la
imagen, podemos formular una afirmación positiva, corta, simple y clara que se
corresponda con la imagen mental elegida. Utilizar el planteamiento positivo.
La afirmación es como una orden que la consciencia da al subconsciente.
El uso de la voz
Hay que hablar con tono tranquilo,
reconfortante, firme. Hay que dejar que la voz fluya, suave y algo monótona,
pero sin susurrar.
Al principio utilizar un volumen alto de voz,
para ir suavizándola, ya que al aumentar la relajación aumenta la agudeza
auditiva. Se pueden modular la voz levantándola en la tensión y bajándola
cuando sugiera relajación.