miércoles, 22 de enero de 2014

MEDITACIÓN "EL TESORO ESCONDIDO": ENCUENTRA TUS PROPIOS TESOROS





La ley del Dharma dice que nos hemos manifestado en forma física para cumplir un propósito. «Dharma» es un vocablo que significa propósito en la vida. El campo de la potencialidad pura es la divinidad en su esencia, y la divinidad adopta la forma humana para cumplir un propósito. Hallarlo es una parte fundamental del proceso de crecimiento y de evolución.
De acuerdo con esta ley, cada uno de nosotros tiene un talento único y una manera única de expresarlo. Hay una cosa que cada individuo puede hacer mejor que cualquier otro en todo el mundo, y por cada talento único y por cada expresión única de dicho talento, también existen unas necesidades únicas. Alguien necesita ese talento que poseemos.

Todas las personas guardan en su interior tesoros escondidos. Se trata de habilidades, tendencias y potenciales que pueden ser de suma utilidad, tanto para la propia persona como para los demás. 
A veces no siempre nos resulta fácil identificar estos tesoros de nuestra personalidad. En ocasiones no caemos en la cuenta, o incluso pueden darnos miedo, pero si te sucede que a menudo tus conocidos te comentan que en tu presencia se relajan, o que les aportas energía, o que les haces ver las cosas de forma diferente, es que ahí tienes un verdadero filón para explotar, un don para poder bendecir a los demás seres humanos. Lo mismo ocurre si tienes determinadas habilidades psíquicas, intelectuales, comunicativas, predictivas, sanadoras, etc.
Esta meditación guiada se llama precisamente así: EL TESORO ESCONDIDO, y está especialmente diseñada para que encuentres y conozcas esos dones y habilidades que se hallan en el interior de tu corazón.

sábado, 11 de enero de 2014

RUDRA MUDRA: POTENCIANDO EL ELEMENTO TIERRA




Los mudras son gestos sencillos y a la vez tan sabios... Ya dijo Aristóteles en su día que la mano era el instrumento de los instrumentos, y es que en ellas tienes poderosas herramientas que puedes utilizar para obtener grandes beneficios en el flujo energético de tu cuerpo y mente.
En la práctica del Yoga, el acto de formar mudras con tus dedos y manos está estrechamente relacionado con la psique, es decir, en cómo la mano y el cerebro forman una unidad indisociable, a través de los movimientos y las posiciones que hagas con ellas estarás actuando directamente en tu campo mental, otorgándote grandes beneficios, que van desde el tratamiento de dolencias físicas, como puede ser el dolor de espalda, la relajación, o incluso ayudarte a superar miedos y fobias.
Lo mejor de todo es que los mudras te aportan un soplo de bienestar en cualquier momento o lugar que decidas concederte unos instantes para ti, no tienen complicación y no es necesario que estés practicando una kriya de Yoga (conjunto de ejercicios que trabajan un aspecto en concreto) para realizarlos, poner tu intención es lo único que se requiere.

Uno de los mudras más conocidos es el llamado Rudra Mudra. El Rudra Mudra se emplea para aliviar trastornos cardíacos, vértigos, decaimientos orgánicos y estados generales de agotamiento.
La fuerza que centra, de acuerdo con la Doctrina de los Cinco Elementos, se atribuye al Elemento Tierra que rige la energía del estómago, el bazo y el páncreas. El Rudra Mudra potencia el elemento Tierra y sus órganos.
Si desciende de forma apreciable la energía primigenia de cada ser humano, es debido a que la energía de la tierra está debilitada, y la zona de la cabeza también queda desprovista. Esto tiene como consecuencia que la persona se sienta alicaída, pesada, arrastrada hacia abajo o incluso mareada. Esta debilidad puede suavizarse con este mudra o incluso superarse del todo.

Cómo hacerlo:

Siéntate cómodamente con la espalda recta y la barbilla y el pecho alto. Inhala y exhala por la nariz. Con las dos manos, une las puntas del pulgar, el índice y el anular, mientras los demás dedos permanecen extendidos y relajados.


Mantén esta posición durante al menos cinco minutos. Puedes realizar el Rudra Mudra de tres a seis veces al día. Si te imaginas que estás en el centro de una rueda, la rueda puede girar tanto como quieras; no te afectará. Pero si abandonas el centro y te colocas en un radio o en la llanta, tendrás que emplear todas tus fuerzas para no perder el equilibrio. Esto es válido para todas las situaciones de la vida. Si no estamos centrados, estamos «fuera de nosotros mismos», y esto nos provoca estados de tensión de todo tipo. Hay quienes sienten estas tensiones en el estómago, mientras otros las notan en la nuca, en la espalda, la pelvis o en el pecho.