domingo, 16 de febrero de 2014

LA EXPERIENCIA PESONAL DE LOS CUENCOS TIBETANOS




A través del sonido se puede profundizar en el propio crecimiento personal, incluso en la auto sanación. Podemos utilizar la voz o instrumentos musicales como los cuencos tibetanos para experimentar el poder del sonido en nosotros mismos.
El cuenco tibetano tiene una gran riqueza de armónicos y su vibración acaricia el alma, su sonido resuena en nosotros sintonizándonos, armonizándonos en lo más profundo de nosotros mismos.
Puedes tocarlo sólo para ti, experimentar, jugar con el cuenco, hacerlo cantar e incorporarlo a tu práctica diaria. Comprobarás que te ayuda a relajarte o a meditar con más facilidad, llegando a niveles más profundos de lo habitual.
Busca un lugar tranquilo, respira largo y profundo. Empieza a golpear el cuenco con una maza de algodón, deja que cante, que su sonido te inunde. Cierra los ojos e intenta acompasar tu respiración al sonido. Deja que acabe y vuelve a golpear con la maza, sigue así respirando y fluyendo a través de la vibración y el sonido.
Oyes el sonido a través de tus oídos, sientes la vibración a través de tus manos, observas cómo se propaga desde ellas a todo tu cuerpo. Sigue así varios minutos. Cuando quieras y antes de acabar, golpeas de nuevo con la maza y desde el primer chakra asciende lentamente el cuenco pasando por delante de todos tus chakras. Cuanto mas lentamente lo hagas mejor, así sentirás los posibles cambios de sonido ante cada chakra. Si es así, te paras y haces rodar la baqueta en el cuenco, primero en sentido antihorario y luego en sentido horario, de esta forma equilibrarás y armonizarás el chakra. Puedes volver a pasar el cuenco de abajo a arriba y percibir si hay alguna variación.

Es bueno que cada día pases el cuenco por tus chakras; con tres veces bastará para armonizarte, para ponerte a punto y empezar el día, para liberarte de bloqueos físicos, emocionales o energéticos. O bien para acabar el día, calmar tu mente, equilibrarte y facilitar que entres en el sueño a través de un estado de relajación que favorezca un sueño reparador.
Con el uso progresivo del cuenco aposentarás sus efectos a nivel de relajación, desbloqueos, alivio de la ansiedad, equilibrio de los hemisferios cerebrales, incluso puedes limpiar energéticamente el espacio.

El día 21 de febrero, de 18 a 21 horas, realizamos un taller a fin de introducirnos en el sonido de los cuencos tibetanos, aprendiendo cómo hacerles cantar, para que la complicidad entre el cuenco y tú te regale su rica variedad de sonidos y vibraciones. Será un taller básicamente práctico, en que lo fundamental es sentir el cuenco y hacerlo cantar de distintas formas.
Lugar: Carrer Canalejas 78-80 (Associació Catalana de Reiki de Barcelona). Precio 25 euros. Reserva previa de plaza.

domingo, 9 de febrero de 2014

CUENCOS TIBETANOS, SONIDO, VIBRACIÓN, ARMONIA Y YOGA




“Los cuencos cantores del Tíbet emiten el sonido del vacío, que es el sonido del universo manifestándose”. Gwalwa Karmaza


La vibración es el principio mediante el cual funciona el Universo. Todo lo que está manifestado, todo lo que existe, vibra, y todo está en continuo movimiento. La vibración también es un estado detectable que repercute en el observador evocando un sentimiento o una emoción.

La vibración surge por interacción entre ondas. Una onda es una perturbación que se propaga desde el punto en que se produjo a través del medio que rodea ese punto, y se difunde a través del espacio transportando energía. Esa vibración puede ser percibida como un aroma, un color, o un sonido.

El sonido es un fenómeno vibratorio, una energía oscilante que consiste en ondas sonoras que fluctúan fruto de la presión del aire, y son convertidas en ondas mecánicas en nuestro oído, y percibidas por nuestro cerebro. El sonido armoniza nuestra frecuencia personal, transporta nuestro espíritu hacia un estado diferente de conciencia, y es su poder transformador lo que le otorga su capacidad curativa.

Los cuencos tibetanos son unas vasijas metálicas forjadas de forma artesanal y compuestos por una aleación de siete metales: plata, oro, mercurio, estaño, plomo, cobre y hierro. Estos cuencos se utilizan de diversas formas: ritos ceremoniales, terapias de sanación a nivel físico y espiritual, en relajación, en meditación, etc. 

Cuando un cuenco tibetano suena, se crean fuertes vibraciones que se propagan, removiendo y abriendo nuestra energía. La vibración del cuenco resuena con las de cada persona, con su vibración esencial, penetra a través del cuerpo y se expande por sus huesos, por sus fluidos, por sus órganos, por sus células, afectando tanto al cuerpo material como al sutil, creando un estado de unidad entre el cuenco y la persona. Cuando usamos cuencos tibetanos, estos vibran cerca del cuerpo humano con su misma frecuencia de resonancia, provocando la resonancia simpática, induciendo modificaciones, influyendo positivamente en el equilibrio del cuerpo humano, estimulando una frecuencia determinada, provocando que resuene de la misma forma, favoreciendo que el cuerpo se recupere y vibre en armonía.

Los cuencos tibetanos son ricos en sonidos armónicos. Cuando los golpeamos o los friccionamos producen un elenco de armónicos, una lluvia sonora de armonía para nuestro cuerpo físico, emocional, mental y espiritual. Al escucharlos, nuestro yo se pone a resonar con los armónicos, con múltiples frecuencias, de forma que todo nuestro organismo se establece en una vibración saludable y armoniosa por simpatía, por resonancia.

Valorando estas cualidades de los cuencos, podemos afirmar que su sonido y su vibración conmueven lo más profundo de nuestro ser, transfiriendo su poder transformador, accediendo a los niveles más profundos de nuestra esencia.

El sonido emitido por los cuencos tibetanos provoca la modificación de las ondas cerebrales y facilita el poder alcanzar estados de profunda relajación, calmando y serenando la mente, nos prepara para la meditación y nos ayuda en las visualizaciones creativas, ya que posibilita el encuentro con nuestro espacio interior, el más profundo y auténtico, algo que a veces no conseguimos de forma fácil valiéndonos simplemente de nuestra voluntad. Su sonido tiene la virtud de convertirse en un viaje rápido a otro estado, nos permite regresar hacia adentro (retornar a casa), resonar con nuestro yo superior, con la verdadera conciencia. De forma más específica, con los cuencos tibetanos se pueden hacer trabajos para equilibrar y armonizar los chakras, o inducir desbloqueos energéticos, entre otros.

El día 21 de febrero, de 18 a 21 horas, realizamos un taller a fin de introducirnos en el sonido de los cuencos tibetanos, aprendiendo cómo hacerles cantar, para que la complicidad entre el cuenco y tú te regale su rica variedad de sonidos y vibraciones. Será un taller básicamente práctico, en que lo fundamental es sentir el cuenco y hacerlo cantar de distintas formas.


Lugar: Carrer Canalejas 78-80 (Associació Catalana de Reiki de Barcelona). Precio 25 euros. Reserva previa de plaza.