martes, 20 de diciembre de 2022

LA PROPIA SOMBRA

 



Quizás la parte más difícil de aceptar es nuestra propia sombra. En la psicología analítica de Jung, la “sombra” es el conjunto de modalidades y posibilidades de existencia que el sujeto no quiere reconocer como propias porque las considera negativas con respecto a los valores que ha codificado, y que aleja de sí mismo para defender su identidad, pero con el riesgo de paralizar el desarrollo de su personalidad.

Hay que comprender que la personalidad (aquello que creemos que somos) se construye como reacción ante el mundo. Sabemos que el ego apuesta por la cara positiva de la vida (éxito, abundancia, placer...) y deja de lado aquello que considera negativo (dolor, fracaso, error, soledad....). Al reprimir o negar la parte que hemos etiquetado como negativa ésta no desaparece, pero la convertimos en inconsciente.

Entonces al rechazar en lugar de aceptar lo que consideramos negativo no hacemos más que aumentar el sufrimiento. Debemos entender que la felicidad no reside en nuestra parte más brillante, sino en la aceptación de la dualidad de nuestro mundo, en la integración del todo. Yoga es un proceso de desidentificación. El yoga nos muestra que la realidad se puede observar desde diferentes ángulos, nos aporta distancia para poder aceptar la propia realidad y ser capaces entonces de aceptar la realidad del otro.

El Yoga es un proceso de eliminación del sufrimiento, y para que disminuya deben disminuir las causas que lo producen. Patañjali nos habla de una actitud humilde y paciente para aceptar las dificultades y los errores como parte del aprendizaje, aceptación de la imperfección, aceptación de la situación, incluso cuando sentimos la mente agitada, la ansiedad o el sopor y el cansancio.

Con la práctica del Yoga o la meditación cada vez somos más conscientes, ya que al aumentar la capacidad de reconocimiento conectamos con nuestra “sombra” pero para hacer las paces, viendo nuestra “sombra” como enriquecedora. Entramos en relación con nosotros mismos desde otra perspectiva, partiendo de la compasión y la renuncia.

No es represión sino apertura, la observación atenta permite desbloquear tensiones profundas que nos permiten abrirnos, pero no es fácil abrir ya que precisamos de una observación sincera y sin miedo. Observamos los esquemas mentales que tendemos a repetir una y otra vez, que dirigen nuestra vida, y buscando una mayor profundidad intentamos observar lo que hay escondido detrás, ya que la función de estos patrones no es otra que esconder aquello que nos cuesta reconocer porque lo consideramos negativo.

Pero para poder llegar a comprender y liberar nuestra mente y nuestro corazón, debemos aprender previamente a observar y examinar todas las condiciones y todos los estados que puedan aparecer.