miércoles, 8 de febrero de 2012

MANTRA YOGA: EL CANTO DEL ALMA





La ciencia está demostrando una a una todas las afirmaciones que desde hace miles de años han venido transmitiendo algunas escuelas filosóficas de Asia. Y muchas de ellas tienen como fuente los Vedas, los libros indios que contienen el conocimiento más antiguo de la humanidad. Las primeras composiciones de los Vedas, recogidas en el Rig Veda, están datadas hacia el año 6.000 A. C. Se dataron de acuerdo a las posiciones planetarias que en los mismos libros se describen.

Hoy la ciencia está divulgando que la materia es casi puro vacío vibrando constantemente. En los átomos, la distancia entre su núcleo y los electrones es proporcionalmente la misma que la distancia de la Tierra al Sol. Así que la materia está fundamentalmente compuesta de “vacío”. Según nuestra percepción, la materia es sólida, consistente, pero la ciencia también afirma que la materia está en permanente movimiento, en continua vibración, pues los electrones se mueven alrededor del núcleo del átomo a una velocidad de unos 2.000 kilómetros por segundo.
Este concepto de vacío forma la base de muchas de las enseñanzas indias surgidas con los Vedas. Pero ese vacío vibra. Y de esa manera se obtiene el sonido, que no es sino pura vibración.

Todo el conocimiento que podamos pensar sobre el valor del sonido podemos encontrarlo recopilado, conservado y, puesto a prueba durante miles de años, en los Vedas.
Los Vedas son cuatro libros (Rig-Veda o Ciencia del Mantra, Sama-Veda o Ciencia del Sonido, Yagur-Veda o Ciencia de la Acción, y Atharva-Veda). Los cuatro libros recogen composiciones sagradas, formas musicales y poemas épicos, convirtiendo todo ese material creativo en herramientas para transformar la mente y sus emociones.

Para los Vedas, la aplicación de mantras y sonidos primordiales proporciona múltiples beneficios: tiene tanto una función de protección energética, como económica (mantras para la prosperidad etc.), así como sanadora (mantras para la salud física y mental) y también espiritual.
Los vedas están escritos en sánscrito, una lengua con una gramática plenamente musical. Y es del dominio de este lenguaje que surge el Mantra Yoga, el Yoga del Sonido. En el Mantra Yoga la palabra es símbolo, y el símbolo es vida, energía en movimiento, vibración con intención, con ritmo, con repetición. En estas condiciones, cuando los seres humanos cantan juntos bajo estas premisas, el Universo no puede sino plegarse a la voluntad del verbo.

El sonido afecta a todas las dimensiones del ser, despertando nuestra energía afectiva y creativa, haciéndola consciente. Las técnicas de yoga, combinadas con la práctica del canto o repetición de mantras y sonidos primarios, y el uso de ciertos instrumentos (cuencos tibetanos o de cuarzo, gong, tingshas, etc.), afectan nuestro sistema energético, haciendo fluir y aflorar nuestras energías “ocultas” en el inconsciente. De esta manera, no hacemos más que alcanzar lo que es nuestro: el potencial que ya somos en origen.
Las prácticas con el sonido a un nivel básico, como el canto de sonidos primordiales o mantras, tienen un encanto añadido: el misterio. Al no conocer su significado en sánscrito, la experiencia de escuchar y sentir tales sonidos va más allá de la mente racional, y se crea una pequeña experiencia mágica. Ahí, en esos instantes, somos seres que vibran en armonía, que se reconocen y se unen para cantarse a sí mismos y a los demás. Todo un regalo mutuo. Una forma de amar y crear al mismo tiempo.

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