jueves, 18 de junio de 2020

FLEXIONES DESDE LA VERTICAL

FLEXIONES DESDE LA VERTICAL 




*Flexión desde la vertical hasta llegar a un ángulo de 90°, con la espalda recta y paralela al suelo. Las manos apoyadas en los muslos o colgando perpendiculares al suelo. Inhalas arriba, exhala cuando bajas.
Cuando te flexionas hacia delante aplica mulabhanda y jalandarabhanda, las cerraduras de raíz y cuello, así la parte superior de tu cuerpo funciona como una unidad compacta al flexionarte, mientras que la cadera hace de bisagra al doblar la parte superior de tu cuerpo, manteniendo las piernas quietas. De esta forma permites que tu cuerpo esté correctamente alineado, evitando bloqueos que impidan el flujo energético y que el tórax esté abierto de manera que tu respiración no se bloquee con la flexión , y a la vez que mantienes abierta la zona del corazón.
Recuerda que te enraízas desde el punto del ombligo, que está a unos 3 o 4 centímetros de distancia del ombligo físico. Puedes localizarlo poniendo tres dedos debajo de tu ombligo. Al aplicar mulabhanda te enraízas hacia la tierra por los pies pero gracias al bhanda (cerradura) que hace rotar tu pelvis ligeramente, evitando la curvatura lumbar pronunciada. 
Se trata que igual que formas un bloque con la parte superior de tu cuerpo lo hagas también con la parte inferior, imaginándote que tu cuerpo está dividido por el punto del ombligo (el energético), que hace como bisagra en la flexión hacia delante cuando estás de pie. 
Presta atención antes de flexionarte a no comprimir el sacro, rota las piernas hacia dentro y lleva tus rótulas hacia arriba, estás estirando tus piernas que se unen por la parte interior al igual que tus pies.
Hasta que no estés preparado no te flexiones hacia delante. Es mejor que prepares tu postura lentamente, tomando conciencia de todos los pasos, de las zonas de tu cuerpo que son susceptibles de ser bloqueadas al flexionarte hacia delante. Eso serán las primeras veces que te flexiones, poco a poco surgirá de forma innata tu alineamiento y enraizamiento. Muchas veces nos lanzamos con entusiasmo a hacer asanas olvidando que nos podemos lesionar o que si bloqueamos nuestro cuerpo impedimos que nuestra energía fluya, con lo que el objetivo de nuestra práctica de yoga no se consigue.
Empieza la flexión. Recuerda mantener las cerraduras de raíz y cuello. Ya estás correctamente enraizado y alineado, pero mientras te doblas hacia delante observa que tu cabeza no baje, se ha de mantener en línea con la parte superior de tu cuerpo, y no redondear tu espalda. Para ello presta atención mientras te pliegas y cuando llegues a estar con la mitad superior del cuerpo en paralelo con el suelo repasa otra vez tu postura, a partir de aquí no fuerces tu flexión, pues es cuando puedes perder el alineamiento. Llega hasta donde te lo permita tu flexibilidad para no redondear espalda ni bajar la cabeza, con el tiempo ya irás ganando flexibilidad y llegando más allá. Trabaja la paciencia y la humildad.
Nota los músculos isquiotibiales cómo se estiran. Son los músculos que van desde los isquiones a la parte posterior de las rodillas. Y los isquiones son los huesos que están en la base de la pelvis, sobre los que nos sentamos.
Al deshacer la flexión mantén la misma atención que antes, deshaz de la misma forma, mantén las piernas rotadas para proteger el sacro, nota el suelo firme bajo tus pies y que sean tus piernas las que levantan la parte superior, no tu espalda.
Y, como siempre: la respiración debe dirigir tu movimiento, inhalas arriba y exhalas abajo.
WAHE GURU


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