Es difícil concentrarte en tu sensibilidad y tus sentimientos superiores si te sientes temeros@ y desprotegid@. Si el Universo parece hostil, indiferente e insensible, es fácil llenarse de cinismo y desesperación. En ese estado depresivo es imposible sentir la plenitud y las posibilidades de la vida. Es muy difícil resolver los problemas que te afectan.
Esos sentimientos ocurren cuando el aura que rodea el cuerpo está débil y pequeña. El aura humana, que es la zona que hay alrededor de cada persona fruto de la suma de sus distintas energías, puede extenderse 3 m hacia todas las direcciones. Si disminuye por debajo de 1 m, tendemos a deprimirnos. Tenemos estrés energético.
No podemos luchar contra los pensamientos negativos de nuestro interior o del entorno. Pero sí podemos extender el aura, a la que se le suele llamar el octavo chakra, que actúa como filtro y como conector con el campo energético universal. Ese campo circundante exterior es lo que preserva la integridad del aura, la mezcla activa de pensamientos y sentimientos que emana de nuestro cuerpo y mente.
El aura puede expandirse temporalmente. Un modo es conectar con el campo universal es mediante la meditación y el uso de una semilla interna de sonido que active el poder del centro del corazón. La compasión del universo te eleva y te expande. Provee un escudo divino para que te acompañe a través de tus tribulaciones diarias o circunstanciales.
Esta mediación hace exactamente eso. Si la vuelves una práctica frecuente, serás positiv@, intrépid@ y feliz. Nada te detendrá mientras persigues tus objetivos. Eliminará de tu alma el sentimiento de soledad y separación.
POSICIÓN DE LOS OJOS: Los ojos están cerrados y enfocados en el punto del entrecejo (sexto chakra).
MUDRA Y POSICIÓN PARA SENTARSE: Levanta la rodilla derecha, con el pie derecho sobre el suelo y los dedos apuntando hacia delante. Coloca la planta del pie izquierdo contra el empeine y el tobillo del pie derecho. Haz un puño con la mano izquierda y colócalo en el suelo junto a la cadera. Utilízalo para equilibrar la postura. Dobla el codo derecho y ponlo encima de la rodilla derecha. Lleva la mano derecha hacia atrás, a un lado de la cabeza, con la palma hacia la oreja; ahueca la palma y acércala al cráneo, de manera que lo toque por debajo de la oreja, pero que se mantenga abierta por encima de ella. Es como si ahuecaras la mano para amplificar un sonido tenue que quisieras escuchar.
MANTRA: Inhala profundo y entona el mantra con un sonido largo, suave y completo. Proyecta el sonido como si alguien estuviera escuchándote. Mientras cantas, escucha el sonido y déjalo que vibre a través de todo tu cuerpo. Si lo cantas en un grupo, escucha los sobretonos y deja que estos vibren todo alrededor de ti, así como en cada célula de tu cuerpo. El mantra es:
Maaaaaaaaaaaaaaaaaa
Cántalo en un tono alto y proporcionado. Cuando hayas exhalado completamente, inhala profundo de nuevo y continúa. En grupo, cada persona puede inhalar en momentos distintos. El sonido del grupo parecerá continuo.
TIEMPO: Continúa de 11 a 31 minutos. Luego, cambia de lado. Continúa durante el mismo tiempo. Empieza lentamente. Aprende a sostener la concentración en el sonido. Incrementa la meditación hacia un total de 62 minutos en cada lado.
No obstante, si no es un practicante avanzado, puedes adaptarlo a tus necesidades, límites y horarios. Cinco minutos por cada lado, realizados con plena concentración y una actitud de confianza, proporcionarán consuelo, alivio y una profunda paz interior.
Cuando el escudo está fuerte, estás protegid@ del impacto de tus propias acciones pasadas. El escudo te mantiene alerta y despierto ante la verdadera tarea de tu vida.
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