miércoles, 1 de febrero de 2012

BIOENERGÍA: TU PROPIO UNIVERSO EN EXPANSIÓN



La energía es la capacidad de un sistema físico para realizar determinado trabajo. Se manifiesta en varias formas: energía mecánica, térmica, química, eléctrica, radiante, atómica… Pero la clave es que todas las modalidades energéticas pueden convertirse en otras formas mediante los procesos adecuados. También puede decirse que constituye eficacia, poder, virtud para obrar, fuerza de voluntad, vigor y tesón. 
La bionergía, por su parte, es la energía de los seres vivos, que conforma la estructura de las células, órganos y sistemas, así como permite su funcionamiento interno e interrelación con el mundo circundante. Todo en el universo es energía. Los estudios científicos recientes han demostrado la existencia de un campo magnético, eléctrico y gravitacional, que rodea el cuerpo de los seres vivos y define su estructura.
Pero las energías se pierden fundamentalmente por el mal manejo de las emociones, sobre todo de las básicas como el miedo, la cólera, el odio, el amor, las frustraciones, la envidia, la soberbia, el egoísmo, la ignorancia, la codicia, la inseguridad, la crueldad, la apariencia o el orgullo. Son defectos de carácter, que según el doctor Edward Bach, padre de la terapia floral, constituyen lecciones a aprender por el ser humano y devienen enfermedades si no se las afronta desde el interior de cada persona.

De eso se habla en una clase de yoga. De nuestra energía, de nuestra bioenergía. De nuestra capacidad para la introspección, el autoanálisis, el uso de nuestras potencialidades para vivir más en armonía con nuestra verdadera personalidad. “Busca tu energía interior”, “mueve tu energía y siéntela”, y muchas otras similares, son frases que abundan en una clase de kundalini yoga. Porque esa energía está ahí. Es nuestra, por derecho propio, y conocerla y utilizarla para nuestros propósitos habría de ser un acto tan simple y natural como el respirar.

Esto es el extracto de una conferencia impartida en el Hospital Infantil Norte “Dr. Juan de la Cruz Martínez Maceira” de Santiago de Cuba por la Dra. Gilda Lisset Valera Báez, especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación, y el Dr. José Antonio Lora Ferrer, especialista de I Grado en Obstetricia y Ginecología:

“Se ha comprobado la existencia de los canales meridianos o nadis, registrada en libros que datan de más de 2500 años AC, donde aparecen diagramas de los principales chakras del cuerpo, que conforman un nuevo sistema a tener en cuenta según la teoría energética, pues se entrelazan con el neuroendocrino y resulta de la interrelación de los centros energéticos medulares del cuerpo con sus órganos y sistemas...

Según argumentos de la ciencia del yoga de la respiración, con más de 5000 años de prácticas, la mente influye en el manejo de emociones positivas para optimizar la salud. La meditación conocida como Sudarshan Chaka Kriya, por ejemplo, utiliza ritmos específicos de la respiración, cuyos cambios se han observado en el electroencefalograma, consistentes en un aumento de la actividad beta en el hemisferio cerebral izquierdo, indicativo de una elevada agudeza mental, mayor grado de atención y estado de relajación, correspondientes al incremento reflejado en la actividad electroencefalográfica y atribuible al efecto sobre la hormona del estrés (cortisol), debido a la caída del serocortisol; todo lo cual revela el nivel de relajación que se adquiere con el entrenamiento de técnicas dirigidas a mejorar la respiración...

Además de los citados consejos, vale la pena practicar técnicas de meditación o ejercicios que ayuden a reparar el sistema bioenergético, entre los cuales se incluyen los de taichi, chikung y yoga, que toman la respiración como proceso básico para introducir energía absoluta al cuerpo: chi para los chinos y prana para los hindúes, mediante los chakras...

También debe generarse el diálogo interior mediante la meditación: procedimiento que lleva a un estado especial de la conciencia; una forma de adquirir energía que no depende sólo de la voluntad o el deseo de obtenerla, un método para penetrar en nosotros mismos, una ocasión para la reflexión y el intercambio, una manera de redescubrir la vida, un mecanismo para alimentar el espíritu; un momento de paz y armonía interna; una fortaleza que ayuda a superar actitudes egoístas, una táctica que reporta seguridad y aliento, una fórmula que humaniza.”


Un profesor de yoga lo explica de otra manera, por supuesto. Pero se trata del mismo mensaje, de la misma energía. Voluntad, paz interior, poder, conciencia, equilibrio emocional… Es lo que todos queremos, lo que todos necesitamos. Lo que todos merecemos. Los que imparten clases y quienes asisten a ellas. Todos buscamos lo mismo en realidad: ser personas que saluden cuando alguien se aproxima, personas que esbocen una sonrisa cuando miren a los demás a los ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario