jueves, 14 de junio de 2012

POSTURA DE LA VELA (SARVANGASANA)





Sarvangasana significa todo el cuerpo sobre los hombros; también se conoce en español con el nombre de Postura de la Vela, que expresa magníficamente las características de verticalidad y estiramiento hacia arriba que son la esencia de esta postura. La postura de la vela es muy beneficiosa para la circulación sanguínea en todo el cuerpo. Es una excelente postura para la salud de los pulmones, la glándula tiroides y el aparato digestivo.

Técnica:

1 - Posición de partida: túmbate sobre la espalda con las piernas estiradas y los pies juntos. La zona lumbar bien apoyada en el suelo. Las cervicales estiradas, el mentón recogido y el maxilar relajado.

2 - Inhala, y a continuación exhala elevando las piernas hasta que formen un ángulo recto con el tronco.

3 - Vuelve a inhalar y luego, exhalando, eleva los glúteos y la espalda poco a poco con la fuerza de la cintura y presionando con las manos contra el suelo, llevando las piernas hacia atrás y hacia arriba. Luego endereza el tronco y las piernas hasta que el cuerpo quede lo más vertical posible. Inmediatamente flexiona los brazos y coloca las manos en el centro de la espalda, cerca de los omóplatos. Con la ayuda de las manos estira verticalmente al máximo el tronco y las piernas.
En la postura final, el esternón se aproxima y contacta con el mentón. El peso del cuerpo descansará principalmente sobre los hombros y los brazos; la zona occipital de la cabeza y la nuca participan en menor grado. La base de la postura ha de ser simétrica. Los codos se aproximan entre sí al máximo y los hombros se alejan del cuello.


4 - Para ajustar y afianzar la postura: exhalando, baja la pierna derecha muy estirada por detrás de la cabeza, si es posible, hasta que el pie contacte con el suelo. El movimiento ha de ser lento, regular y sin tirones. No permitas que la pierna caiga de golpe, ni que se redondee la espalda. Mientras tanto la pierna izquierda permanece muy estirada, vertical y en línea con el tronco. Después de una breve pausa, inhalando, eleva la pierna derecha hasta la posición vertical y repite el proceso con la pierna izquierda. Notarás ahora que la posición es más vertical y cómoda. Relaja muy bien el cuello para facilitar la respiración. Cuando se consigue la verticalidad total en la postura, se establece un equilibrio perfecto y desaparece el tirón gravitacional, lo que permite permanecer en la asana sin ningún esfuerzo. Recuerda que toda asana debe reunir dos cualidades fundamentales: firmeza y comodidad.

5 - Permanece en la postura unos segundos los primeros días y hasta tres minutos para un practicante avanzado. Se puede llegar a sostener hasta diez minutos cuando se esté suficientemente entrenado. Si se practica dentro de una kriya o sesión de asanas, de uno a tres minutos será suficiente. Cuando notes que has estado un tiempo suficiente, desarma la postura lentamente. Regresa a la posición de partida dejando que las piernas caigan ligeramente hacia la cabeza y apoyando las manos contra el suelo. Sujetándote con las manos y con la fuerza de la cintura, ve posando la espalda sobre el piso, vértebra a vértebra, hasta que los glúteos alcancen el suelo. Finalmente, desciende las piernas flexionadas hasta que reposen en el suelo.

Beneficios principales
Mejora la circulación sanguínea. Armoniza el funcionamiento de las glándulas tiroides y paratiroides. Estimula el funcionamiento del aparato digestivo. Equilibra el sistema nervioso. Previene el resfriado y los males de la garganta. Es muy útil para combatir algunas enfermedades como asma, bronquitis, elefantiasis, varices, hemorroides, diabetes, etc. Equilibra la actividad de ida y píngala, los nadis que corren paralelos a la columna vertebral. Estimula la actividad del quinto chakra, Vishuddha .

Contraindicaciones
No debe practicarse Sarvangasana si se padece alguna afección seria de hígado, bazo o corazón, y en caso de tiroides inflamada y tensión muy alta. Descartar esta postura cuando existan dolencias agudas de la cabeza o el cuello, infecciones bucales, otitis, anginas, etc. Tampoco es conveniente realizarla cuando una mujer está menstruando.

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