Hace ya bastante tiempo que la teoría del “Big Bang” es la más aceptada acerca de la creación del universo. Hace referencia a la gran explosión que originó la totalidad cósmica en permanente expansión. Según la física moderna, lo que percibimos como Universo son “campos magnéticos resonantes”, una manifestación densa de sonido. En consecuencia, nuestro cuerpo físico es también un campo electromagnético resonante, como lo son a su vez nuestros cuerpos sutiles. El universo está formado por átomos con un núcleo alrededor del cual giran electrones, y ese movimiento continuo origina un compás que a su vez crea una onda, la cual podemos percibir visualmente como materia. Pero siempre que existen a la vez el compás o cadencia, la onda y la forma, se produce sonido. El sonido no sólo modifica la estructura de una sustancia, sino que también la configura. Es parte integrante de ella.
Esa capacidad del sonido para la configuración y la transformación de la materia y la energía, es lo que constituye su enorme capacidad curativa y sanadora. Cada persona está vibrando permanentemente. Cada persona “es” sonido. Cada persona es una única y original canción en la gran partitura del Universo.
Lo mismo ocurre con nuestros chakras y cuerpos sutiles. Nuestro estado de salud tiene relación directa con la vibración armónica de cada una de los millones de células de nuestro organismo, las cuales vibran en resonancia con los patrones correspondientes de los cuerpos sutiles. Y esos patrones vibratorios pueden ser alterados, bien mediante causas externas (contaminación, envenenamiento, etc.), o internas (estados emocionales o mentales negativos).
A través del sonido producido con intención sanadora, aunque sea algo tan sencillo como cantar un mantra, podemos reestablecer el patrón vibracional alterado, recuperando el estado de salud óptima. Utilizando el sonido podemos incidir en el nivel vibratorio de cada cuerpo, modificando nuestra frecuencia vibratoria.
Hoy, el sonido forma parte de la corriente conocida como “medicina vibracional”, o “medicina de la tercera era”. Se trata de la medicina de la conciencia, empleada como proceso de autoconocimiento que nos lleve a un estado desde el que podamos incluso aceptar la enfermedad como un camino de realización y evolución. La sanación mediante el sonido parte de una visión holística de la medicina, y nos permite mantener nuestra salud, además de expandir nuestro ser a través de la creatividad.
El sonido y la música son la expresión de la armonía del universo, y también la expresión de nuestra propia armonía interior. La música integra las fuerzas espirituales, emocionales y físicas en una experiencia universal susceptible de ser utilizada en el tratamiento de las enfermedades del cuerpo y de la mente, igual que se ha hecho desde el origen de los tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario