martes, 22 de noviembre de 2011
UNA ASANA CONTRA EL ESTRÉS
El estrés es una de esas "enfermedades" cuyo origen está en nuestro desquiciado estilo de vida. Las prisas, el exceso de responsabilidad, el perfeccionismo obsesivo o la autoexigencia, junto a la desconexión con nuestra esencia interior y la incapacidad para seguir los dictados de nuestro corazón, conllevan la aparición del estrés y otros cuadros asociados como la ansiedad.
Este es un ejercicio anti-estrés que relaja el área del corazón, estimulando los nervios que van desde la punta de los dedos y pasan por las manos y los brazos hasta el pecho, reuniéndose en el centro del corazón. Al mantener adecuadamente la posición por el tiempo establecido, los músculos del corazón se relajan por sí solos. Los pulmones se expanden y se produce una limpieza general de todo el torso debido a la actividad estimulada en el sistema linfático. Los músculos de los hombros y del cuello están isométricamente flexionados de manera que una ola de relajación fluye hacia estos cuando se bajan los brazos.
Para empezar:
Comienza por sentarte cómodamente sobre el piso con las piernas entrecruzadas y la espalda completamente derecha (en postura fácil). Si prefieres sentarte sobre una silla, mantén ambos pies pegados al suelo, las piernas sin cruzar y la columna derecha. Ojos cerrados.
La posición:
Levanta los brazos hasta un ángulo de 60 grados, manteniendo los codos firmes con las palmas hacia arriba y los dedos extendidos, igual que en la ilustración que acompaña a este post . Comienza a respirar profundo y lento. Inhala y exhala solamente por la nariz.
Tiempo:
El tiempo mínimo para mantenerse en esta postura es de 1 minuto. El tiempo máximo es 3 minutos. Si no eres capaz de mantener tus brazos en esta posición durante el tiempo máximo, entonces comienza con 1 minuto y ve aumentando el tiempo 20 segundos cada día. Hacia el octavo día habrás alcanzado el periodo de tiempo de 3 minutos. Al finalizar el ejercicio, inhala profundamente. Sostén el aire durante 10 segundos, exhala y relaja los brazos descansando las manos sobre el regazo. Mantente sentad@ por lo menos un minuto más, con los ojos cerrados, sintiendo el efecto calmante del ejercicio.
Notas sobre el ejercicio:
Observa ciertos puntos: mientras sostienes los brazos arriba, probablemente pensarás muchas cosas. Muchos de estos pensamientos podrán estar diciéndote que bajes los brazos antes de cumplir con el tiempo prescrito de 1 a 3 minutos, etc. Pero trata de continuar. Deja que los pensamientos vayan y vengan, pero mantén los brazos en esa posición para experimentar su efecto.
Los brazos pueden temblar un poco y podrás tener una sensación de cosquilleo en los dedos; esto es normal. El temblor viene de la relajación de la tensión. El cosquilleo es el incremento de la actividad nerviosa de las manos.
Observa si puedes concentrarte más en tu respiración que en la incomodidad que sientes en los brazos o en los hombros. Esto y el mantener los codos firmes son la clave del ejercicio; te darás cuenta que cada día que lo realices será más y más fácil y el efecto más benéfico.
Este ejercicio es también excelente para las personas con problemas cardíacos. Inmediatamente les hará sentirse ligeros y con desahogo, ya que la tensión se elimina en toda la parte superior del cuerpo.
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